Este tipo de cítrico es el más apreciado en la fabricación cervecera debido a los aceites esenciales presentes en su aromática piel. De hecho, es esta piel la única parte de la naranja que tenemos que usar.
La cascara de naranja se puede añadir al final del hervido o también en el fermentador secundario, antes de embotellar o embarrilar la cerveza.
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